La miel de albaida y flor de aloe vera, producida en el marco de este proyecto referente a nivel europeo en el cultivo de aloe vera ecológico y biodinámico, recibe uno de los diez galardones del certamen y se integrará en una receta especial de los hermanos Roca.
No son unos premios cualesquiera. A lo largo de las últimas cinco ediciones, cerca de 700 agricultores, ganaderos y productores de alimentos han presentado sus candidaturas a esta iniciativa impulsada por BBVA, con el objetivo reconocer y destacar la importancia de producir alimentos desde un enfoque empresarial responsable. Joan Roca, el chef del reconocido restaurante El Celler de Can Roca que colabora con BBVA en esta iniciativa, destaca la importancia de poner en valor la diversidad y el compromiso con la sostenibilidad desde el ámbito agroalimentario. Un sector referente en nuestro país, que abarca desde pequeños productores independientes hasta grandes empresas, en el que se desarrollan propuestas innovadoras y versátiles que, sin duda, contribuyen a la evolución y desarrollo de nuestra gastronomía.
La miel de Atalaya Bio, tampoco es un producto cualquiera. Nos encontramos ante un producto que ya fue premiado en los Eco & Organic Awards de Organic Food Iberia 2021, como la primera y única miel ecológica del mundo obtenida a partir de polen y néctar de la flor del aloe vera, en una plantación de aloe vera biodinámico enmarcada en plena Red Natura 2000, un conjunto de espacios protegidos a nivel europeo. El proyecto apícola de la marca, cuenta con la participación del maestro apicultor riojano Álvaro Garrido, también con numerosos reconocimientos en su haber.
Como indica Javier Tormos, director de la empresa, esta miel única es el resultado de una actividad que va más allá de la mera producción. “Nuestro proyecto agrícola surge a raíz del proyecto conservacionista iniciado en la finca Castillo de Chuecos (Águilas, Murcia) por D. Domingo Jiménez Beltrán (1er Director de la Agencia Europea del Medio Ambiente) y sus socios. La finca cuenta con la mayor biodiversidad botánica de España, con 357 especies catalogadas en 490 hectáreas – una media de 74 plantas diferentes por cada 100 hectáreas. Preservar y fomentar la biodiversidad ha sido una prioridad desde nuestros inicios”, declara el CEO de una empresa que desarrolla tanto su propia marca como productos para terceros, suministrando su aloe vera a laboratorios nacionales e internacionales, tanto para uso cosmético como alimentario.
Cultivar aloe vera en un espacio de alta criticidad medioambiental, tampoco es una tarea cualquiera. En Atalaya Bio, no solamente cuentan con la certificación de Agricultura Ecológica de la Unión Europea, sino que también desarrollan la agricultura biodinámica, certificada por el sello internacional Demeter. Este tipo de agricultura holística va un paso más allá de la agricultura ecológica, que incorpora prácticas que potencian la materia orgánica del suelo, favoreciendo además la retención natural del agua. Por supuesto, la gestión del agua es un aspecto fundamental en este proyecto agrícola, que se desarrolla en bajo un clima desértico-cálido que compromete la sostenibilidad de otros cultivos a corto, medio y largo plazo. Javier Tormos, ingeniero agrónomo de formación, vio en el aloe vera la modalidad de cultivo más sostenible para su entorno. “La elección del cultivo del aloe vera en nuestra finca se basa precisamente en el criterio de la eficiencia en el consumo del agua, al cultivarlo en un entorno con escasas lluvias, que el aloe vera demanda en menor medida que otros cultivos (siete veces menos que una hortaliza). Además, contamos con un sofisticado sistema de riego que optimiza la gestión del agua”.
Sin embargo, el compromiso de Atalaya Bio con la sostenibilidad va todavía más allá. La empresa colabora con universidades de la zona como la Universidad de Murcia, la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad Politécnica de Cartagena, en actividades como el censo de Tortuga Mora (Proyecto Testudo), el anillamiento de aves, estudio de anfibios y labores de conocimiento del territorio a través del foto-trampeo.
Javier Tormos, socio co-fundador de Atalaya Bio, en la finca de la empresa.
En palabras de Javier Tormos: “Nos sentimos muy orgullosos de contribuir a preservar el espacio natural protegido en el que cultivamos, fomentando su biodiversidad. Para nosotros, Atalaya Bio es nuestro particular ‘ikigai’, donde procuramos que lo que mejor sabemos hacer converja con lo que amamos y con lo que la sociedad necesita y demanda”.
Desde la empresa, confían en que estos premios sirvan para dar a conocer su proyecto a más personas, tanto profesionales como particulares. “Siempre hemos dicho que somos una pequeña empresa haciendo grandes cosas”, declaró Tormos. “Por eso, esperamos que este premio sirva para que nuestros productos lleguen a más personas y empresas”.
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